mirando al suelo
Mirando hacia el suelo se descubre a mucha gente.
Cuando eres pequeño no tienes más remedio que mirar por debajo de los demás y mantengo la teoría que eso da un empujón a nuestra creatividad infantil. Lo malo, o lo bueno según se mire –como en todo- sucede cuando crecemos y la gente, uno a uno y de un día para otro empieza a levantar la cabeza, y claro, deja de ver los zapatos ajenos pero también sus propios pies. Me pregunto si esto tendrá algo que ver con el egocentrismo al que estamos tan acostumbrados o con la práctica de nuestro habitual egoísmo.
El caso es que a mi parecer todo se reduce a una pérdida más que a un crecer (que a mi humilde entender sería más propio de algo positivo). Crecemos y perdemos de vista las pequeñas cosas de la vida... y también las grandes. Nos excusamos con las prisas, las preocupaciones y todo lo que se os pueda ocurrir y nuestro único objetivo es justificar las causas perdidas, los sueños que nunca llegaron y la angustia perdida por las causas ajenas...
Mirando de nuevo al suelo se descubre a mucha gente.