Mis veces
A veces mis veces son difíciles de gestionar.
Ahora, simplemente, no puedo con ellas.
Todos fuera y yo en casa y pienso en escapar. En salir a volar. Viajar. Llegar dónde estás y acabar con esto ya.
Ardo. Me imagino al mismo Diablo y no puedo evitar desearlo.
A veces mis veces son difíciles de gestionar.
Ahora necesitaría tu voz, tu cuerpo y tu aliento para poderme calmar.
Algo que no sé describir presiona mi sexo. Es constante pero prende con fuerza cuando te leo.
Borro tus mensajes aunque después los recupere en mi memoria.
Veo la última foto y la mezclo con las de ayer. Vivir entre los extremos del blanco y tus grises, visualizar rincones lejanos.
Blancos llenos de silencios que esconden gemidos. Grises industriales llenos de ruido a cielo descubierto.
A veces mis veces son difíciles de gestionar.
Ahora me pregunto por cuánto tiempo las podré apaciguar.
El deseo eriza mis pechos, mis piernas se mueven inquietas. Esperan, supongo, un placer que no llegará inmediato.
Un arder que hoy invade mi cuerpo y mi cabeza.
Mis veces te esperan, quien quiera que seas.
Mientras, ellas y yo nos distraemos redibujando mis curvas con anhelos de más.
A veces mis veces son difíciles de gestionar.
A veces creo que sería mejor dejarlas salir, afrontar, sentirte dentro de mí.
Me despertaste. La despertaste y cada vez está más cerca el imposible de volver atrás.