Sonrisas
Te miro y no puedo evitar sonreír. A saber qué te estará pasando por la cabeza
esta vez no te lo voy a preguntar, mejor espero. A ver hasta cuándo eres capaz de retener tus palabras. Si estoy atenta te delatará algún gesto y quedarás al descubierto.
Te he observado muchas veces. Subiendo las escaleras, luchando contra el sueño, recostado sobre mi hombro, abrazándome esos viernes de películas interminables, también mientras eres tú el que duermes, y cuando te vas
cuando te acaricio la cabeza y suspiras relajado, cuando me esperas en silencio, cuando callas agotado, cuando otorgas para no discutir, cuando me escuchas
cada vez que estás a mi lado
Te pienso y un respirar profundo recorre mi piel. Rescato las imágenes que me prestaste el día que nos miramos por primera vez a los ojos, las que nos robamos el primer fin de año que no pasé con mis padres. Me sonrojo al pensar en cómo empezó todo, en como inconscientes empezamos todo esto
Las inagotables horas de conversación que se alargaban día tras día. Los pequeños detalles que aparecieron espontáneos relajados en el tiempo. El día que entraste sólo para darme un beso. Cuando apareciste poco antes de que acabara mi cumpleaños. La primera vez que salimos de la ciudad y las dos pequeñas me asaltaron a lametazos, el paseo por la playa. Los primeros días a la luz del sol. La primera vez que te llamé desde fuera y cuándo me recogiste en el aeropuerto. La cena con tu hermana. El día que conocí a tus amigos y me dormí de camino mientras intentabas despertarme para que no cayera de la moto. Cuando pisamos por primera vez el piso y me ayudaste con el plano y las medidas. Sonrío
Imagino que miro después de haberte observado un tiempo y no puedo dejar de pensar en el montón de sonrisas que nos quedan por compartir