Despacio... como si el tic tac de los relojes antiguos nos diera su compás.
Deja que desnude tu mirada para que las yemas de mis dedos hablen con tu piel. Tú mima mi rostro, hasta que caiga rendida en tu hombro en busca de esos labios mudos que harán perder mi cabeza.
Despacio... saboreando cada uno de esos suspiros que nacen de palabras demasiado llenas.
Sujeta por un momento mis manos, muerde mi cuello y regálame anhelos de deseo al oído. Yo vestiré tu cuerpo de caricias hasta que el deseo sea tan fuerte que respiremos al tiempo.
Despacio... a la espera de que todos nuestros poros sepan del roce de tu cuerpo con el mío.
Te pediré que me quieras, que lo escribas también con palabras. Tú dime todo lo que quieras pero, cuando lo haga, no olvides suplicarme que siga para que la pasión del momento no muera jamás.
Despacio y en silencio... para que nuestras miradas se busquen, se encuentren y se oigan entre la incertidumbre y la magia de la primera vez por si esta fuera la última.
Este relato concursa en el
XI Premio Internacional de Relatos Hiperbreves. Desde aquí quiero invitarte a valorarlo y también a
participar en el encuentro...
Muchas gracias!!